Psicoterapia

Subcategorías

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  Habilidades del terapeuta

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  Modelos...

  Las terapias cognitivo-conductuales son modelos de Psicoterapia que se definen por aunar la Psicología Clínica y la Psicología Conductista, con el objetivo de superar a ambas en el ámbito clínico terapéutico. Aunque desde distintas perspectivas, el pilar básico de todas ellas es explorar y tratar de conectar el pensamiento del individuo (lo no observable) con su comportamiento o conducta (lo observable). Las facetas a las que atiende son sin embargo tres: además del pensamiento y de la conducta se analiza la emoción, esto es, lo que el sujeto siente cuando piensa o actúa, de forma incluso reflexiva.

  Pese a que la conducta es aprendida, los modelos cognitivo-conductuales no se atienen tan sólo al análisis de la relación estímulo-respuesta, ya que los pensamientos y los desencadenantes de los actos están para el sujeto mediados simbólicamente. Conozca el sujeto o no estas relaciones de significado, su comportamiento puede así ser analizado estructuralmente; dicho de otra manera, se puede comprender por parte del terapeuta como un todo con sentido sobre el que poder actuar. La terapia se enfoca entonces en intervenir sobre el paciente para corregir o eliminar diversos esquemas funcionales de su psique (como todo estructurado, al cambiar un elemento se “mueven” los demás, de modo que el terapeuta debe corregir, reequilibrar o ajustar los diversos elementos de la psique del paciente, de forma evolutiva).

  Los problemas hacia los que se enfocan estos modelos van desde eliminar distorsiones cognitivas inútiles (como pensamientos o actitudes negativas o problemáticas), el tratamiento de la ansiedad o la depresión, la regulación emocional general, mecanismos de defensa para diversos problemas vitales, o trastornos mentales diagnosticados previamente (en los que se muestran eficaces en casos no excesivamente graves). Técnicas habituales son la reestructuración cognitiva, la técnica de la exposición o el entrenamiento en resolución de problemas.

  Así, estos modelos o terapias se definen principalmente por ser proactivos: se centran en el problema concreto del paciente y se dirigen a la acción, a encontrar estrategias de afrontamiento y disminuir los síntomas del trastorno que acucia al paciente.

  (Fuente: Universidad Internacional de Valencia y Wikipedia).

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  Terapias de tercera...

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  Terapia de familia y...

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  Modelos humanístico...

  Se trata de un movimiento de Psicoterapia que engloba varios modelos, y que se define por atender a la comprensión de la persona como totalidad (en su unidad biográfica y existencial) a la vez que en relación al terapeuta, que habrá de tratar al paciente como “persona”, no como objeto de experimento. Así, observando los aspectos más destacados de los grandes bloques teóricos precedentes, el Conductismo y el Psicoanálisis, y reuniendo aspectos teóricos e incluso valores de teorías filosóficas de la primera mitad del siglo XX (Fenomenología y Existencialismo), los modelos humanístico existenciales tratan de no caer en los “reduccionismos” en los que consideran que fallan los otros modelos (la “aséptica” y determinista observancia del estímulo-respuesta del Conductismo, por un lado, o la interpretación cuasi hermenéutica del inconsciente por parte del terapeuta en el Psicoanálisis, por otro). La persona, como valor individual e irrepetible, aúna mente y cultura, y desde esa perspectiva debe abordar su problemática el terapeuta.

  Así, estos modelos, diversos de por sí, engloban las características comunes de considerar al paciente como ser humano integral: ni se le puede dividir en partes ni reducir a componentes. Los seres humanos viven en un contexto social e histórico, en una circunstancia particular, tienen responsabilidad en tanto que seres conscientes, y aspiran a metas individuales y colectivas. De ese modo, el terapeuta debe atender a estas consideraciones a la hora de abordar casos clínicos: un ser humano no se puede reducir a los elementos observables y cuantificables de su conducta o a los no observables ni cuantificables de un inconsciente inalcanzable.

  Entre las escuelas más relevantes de los modelos humanístico existenciales se encuentran la Terapia No Directiva de Carl Rogers, la Logoterapia de Victor Frankl, o el Análisis Transaccional de Eric Berne.

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  Psicoanálisis

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  Psicoterapias breves

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  Enfoques constructivistas

  En esta sección de Librería Mayo puede encontrar los libros sobre Enfoques Constructivistas.

   

  Los enfoques constructivistas en psicoterapia se refieren a cualquier teoría y/o práctica de tipo constructivista mediate las cuales el individuo crea un sistema ordenado y significativo con el que desarrollar su personalidad, organizar sus experiencias y comprender su mundo. Las teorías constructivistas se definen principalmente en relación con la educación, es decir, tratan de la manera en que al estudiante, en la infancia, se le proporcionan herramientas para desarrollar su propio conocimiento, integrarlo progresivamente en un todo mayor, y construir su propia visión del mundo para vincularlo en otras relaciones de conocimiento y diferentes perspectivas. Se favorece así un aprendizaje constante y significativo, por el cual cada individuo participa de forma activa en la creación de su mundo propio. El principio fundamental a la base de todo ello, de raigambre filosófica, es que la realidad per se no puede conocerse directamente, sino a través del conocimiento parcial que tenemos siempre de ella, de nuestra perspectiva, pese a que la ciencia acote de forma cada vez más precisa distintas parcelas de la realidad para objetivarla. No obstante, lo relevante para nosotros en este apartado es el enfoque constructivista en psicoterapia.

   

  Así pues, los libros sobre Enfoques Constructivistas tratan sobre la importancia que el individuo da a su conocimiento personal en su experiencia particular, social y con el mundo, y en consecuencia, de la responsabilidad sobre el significado que se le da a la propia vida. El paciente controla su propio camino, de modo que en terapia debe participar de forma activa en la construcción de su mundo y sus posibilidades en él. Dicho de otra manera, los enfoques constructivistas tratan de que el paciente “cree” su propio mundo, en lugar de descubrirlo de forma pasiva, y de este modo solucione sus problemas psicológicos.

   

  El objetivo de este tipo de terapias es hacer que el paciente reconstruya de forma narrativa sucesos de su pasado y construya narraciones de cara al futuro, bajo el principio de que el ser humano entiende mejor la realidad de forma narrativa, esto es, como historias con un principio, un desarrollo y un final, que de forma lógico-matemática. En las historias acerca de la propia vida, de las narraciones, se otorga valores, significados y distintas emociones a los acontecimientos y las relaciones afectivas vividas en ellas, de modo que así se pueden objetivar, darles un nuevo sentido, y ayudar a superar los problemas psicológicos que hayan surgido en esas vivencias. Pero es el paciente el que, de forma activa, da un nuevo significado a esas narraciones vitales para superarlas.

   

  La mente no “procesa” información al modo de las computadoras, con inputs y outputs, sino de un modo más analógico y, si se quiere, metafórico. Hay incluso una mediación del lenguaje para expresar las emociones y los sentimientos, de modo que la expresión de lo que se siente en el tiempo constituye un relato significativo para el paciente, o para cualquier individuo, con el que tomar perspectiva de los problemas que haya tenido y poder en el futuro flexibilizar su relación con el mundo, con los otros, y consigo mismo. En cualquier caso, lo emocional prima sobre lo verbal. Los enfoques constructivistas suponen, en definitiva, un tipo de psicoterapia interpretativa, casi podríamos decir “hermenéutica”, que desvela capas narrativas emocionales en el paciente.

   

  A continuación, puede consultar los libros sobre Enfoques Constructivistas disponibles en Librería Mayo.

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  Psicoterapia de grupo...

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  Hipnosis

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  EMDR

  La terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR por sus siglas en inglés) es un método de psicoterapia efectivo y ampliamente investigado. Ha demostrado ayudar a las personas a recuperarse de un trauma y otras experiencias vitales angustiosas asociadas a problemas de salud mental, como el estrés postraumático (TEPT), la ansiedad, la depresión y muchas otras patologías.

  La idea central del modelo EMDR, denominado Modelo de Procesamiento Adaptativo de Información (PAI), es que el sistema nervioso tiene mecanismos para procesar e integrar todo lo que nos va sucediendo, incluyendo las experiencias difíciles o estresantes. En ocasiones, cuando estas experiencias son demasiado intensas o complejas para la persona, el sistema se bloquea y el recuerdo es almacenado sin elaborar, conservando las mismas percepciones, pensamientos, emociones y sensaciones que se vivieron. Lejos de ser fuentes de aprendizaje, estos recuerdos no procesados pueden dar lugar a problemas y síntomas en el presente, cuando algún suceso acutal conecta con esas experiencias. La terapia EMDR ha definido procedimientos para acceder y desbloquear esos recuerdos, y dejar así que el sistema nervioso pueda finalmente integrarlos. Dentro de estos procedimientos, uno de los elementos que se emplea es el movimiento ocular u otras formas de estimulación bilateral del cerebro (táctil, auditiva). Aunque los movimientos oculares han dado nombre a la terapia, es importante tener en cuenta que este elemento por sí mismo no constituye un abordaje terapéutico, y su uso aislado no es recomendable.

  Para el trabajo con EMDR es importante tratar no solo la memoria específica que está bloqueada, sino también las conexiones entre esta experiencia y situaciones previas, que pueden compartir los mismos pensamientos o sensaciones asociadas. Un terapeuta EMDR trabajará con el paciente en comprender las raíces de las experiencias traumáticas y en elaborar un plan de trabajo global para eliminar su influencia en el presente.

  La terapia EMDR ayuda a niños y adultos de todas las edades. Los terapeutas la utilizan para abordar una amplia gama de problemas: TEPT y otros problemas relacionados con el trauma y el estrés, ansiedad, ataques de pánico y fobias, enfermedades crónicas y problemas médicos, depresión, trastornos bipolares y psicóticos, trastornos disociativos, trastornos alimentarios, duelos y pérdidas, dolor, ansiedad por el rendimiento, trastornos de personalidad, violencia y abuso físico, sexual y emocional, trastornos del sueño, abuso de sustancias y adicción… En todos estos problemas hay investigación que muestra efectos favorables de la terapia, con niveles de evidencia por ahora muy diversos.

  (Fuente: Asociación EMDR España)

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  Meditación

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  Apego

  En este apartado puede encontrar libros sobre el Apego disponibles en Librería Mayo.

   

  El apego en psicología se define como la vinculación afectiva prolongada en el tiempo e intensa entre dos individuos. Inicialmente, se desarrolla como mecanismo de necesidad y cuidado entre el recién nacido y su madre, o cuidador/a. A lo largo del crecimiento de una persona, y en su edad adulta, el apego se concreta en relaciones singulares y recíprocas entre individuos, que, a nivel psicológico y evolutivo tiene el fin de ofrecer protección o seguridad mutuas. Sin embargo, el apego, tal y como se trata en psicología, no tiene una mera utilidad material o biológica, vinculada tan sólo a la supervivencia, sino que afecta a toda la vida emocional de la persona, desde el punto de vista de que se tiene necesidad de que la otra persona (al principio los padres, los hermanos, los amigos, las parejas, etc.) estén ahí incondicionalmente, lo que es imprescindible para la confianza, la comunicación en sociedad, y en última instancia, el amor entre personas de un mismo círculo.

   

  El “padre” del apego en Psicoterapia es John Bowlby (autor cuyos libros puede encontrar en nuestro catálogo). En la teoría del apego de Bowlby, éste tiene básicamente dos funciones: una biológica, esto es, protección para la supervivencia (tanto en la crianza como en la vida adulta), y otra psicológica, la de adquirir seguridad en el carácter (para favorecer el aprendizaje, el crecimiento personal, las relaciones sociales, la salud física y mental, y, en definitiva, la felicidad).

   

  De esta manera, los libros sobre el Apego tratan sobre sus distintos usos: la proximidad a la(s) persona(s) con quien(es) se tiene el vínculo (con la(s) que se tiene un contacto “privilegiado” que no se tiene con los otros), emplear el apego como base para la construcción del mundo social y afectivo propio, buscando el bienestar emocional (en un sentido positivo), y refugiarse en la figura del apego en momentos de tristeza, ansiedad, malestar, abandono o pérdida (en un sentido negativo).

   

  El apego, cuya raíz viene desde la más tierna infancia, como hemos dicho, ha de cumplir diversas fases o figuras para que en el desarrollo de una persona su psicología crezca de una forma sana y equilibrada. Se precisa el contacto estrecho con la persona con quien se tiene el vínculo; se ha de tener una confianza justificada en la protección de esa persona y en su apoyo emocional; inversamente, se desarrollará ansiedad ante su ausencia ante la separación o el abandono de esa persona; y finalmente, se consolidará la relación como base de seguridad, compromiso y amor con esa persona, vínculo que incluso en adultos puede durar toda la vida. Esta evolución, como se ha investigado, tiene cuatro etapas: preferencia por miembros de la misma especie, preferencia por miembros de la misma familia ante extraños, vinculación progresiva hacia los extraños a la familia, y finalmente independencia, cuando se adquiere la familiaridad suficiente entre propios y extraños como para desenvolverse con cierta seguridad.

   

  A continuación, puede el lector consultar todos los libros sobre el Apego disponibles en librería Mayo.

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  Habilidades sociales

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  Resiliencia

  En este apartado el lector puede consultar los libros sobre Resiliencia que puede encontrar en Librería Mayo. La Resiliencia forma parte de la Sección de Psicoterapia.

   

  La Resiliencia es la capacidad de entereza que tiene una persona para adaptarse a o superar situaciones difíciles o extremas, que en la mayoría de casos supondrían efectos traumáticos. Como aptitud psicológica de resistir estos embates de la vida con fortaleza, la Resiliencia es un importante factor de equilibrio psicológico tanto individualmente considerado como a nivel comunitario o social. Como tales, los libros sobre Resiliencia tratan temas como la adaptación social, el síndrome de agotamiento profesional o incluso el empoderamiento. Según algunas interpretaciones (Suárez Ojeda, 1977), la Resiliencia se enfoca principalmente en una serie de constituyentes, o pilares básicos: 1) la competencia social, que es la capacidad para establecer relaciones positivas con otras personas; 2) la resolución de problemas, esto es, el enjuiciamiento correcto acerca de ideas y circunstancias complejas; 3) la autonomía personal, es decir, la capacidad de desenvolverse de forma independiente en diversos ambientes y situaciones que en la mayoría de casos van a escapar al control propio; y 4) sentido vital o proyecto de futuro, lo que viene a ser las aspiraciones educacionales y la formación con vistas a la obtención de un futuro mejor. Todos ellos se sintetizan en un sentido personal de la eficacia para logros personales y, en definitiva, la felicidad, superando los factores que nos haya tocado vivir.

   

  Así pues, los libros sobre Resiliencia tratan en general la idea de no sufrir psicológicamente a pesar de padecer situaciones altamente estresantes o penosas. Se enfocan entonces en la adaptación positiva a la adversidad, no tanto en el logro de una recuperación tras el trauma como en la forma en que se enfrenta el problema. Muchos investigadores prestan atención, en consecuencia, a dos polos diferenciados de la misma idea: la “diversidad significativa” y la “adaptación positiva”.

   

  El objetivo de salir fortalecido tras la situación dada, con mayor equilibrio emocional que antes, es considerado clave para otros psicólogos que ha trabajado el tema de la Resiliencia desde que se empezó a tratar como concepto en los años 60. Así, la Resiliencia no se trataría tanto de una psicoterapia que se puede entrenar, como una modalidad de la Psicología Positiva. De esta manera, hay una línea con dos extremos entre quienes consideran la Resiliencia una capacidad y quienes la consideran un proceso adaptativo.

   

  Al margen del enfoque, todos los psicólogos que tratan la cuestión de la Resiliencia coinciden en que se ésta sustenta entre el individuo y el entorno en que vive, esto es: no influyen tan sólo factores puramente individuales, sino también sociales, culturales y grupales. Las personas que rodean al individuo y sus valores de resiliencia influyen tanto en él como él en el grupo, de modo que el contexto moral también incide de forma determinante en lo que el individuo puede o debe realizar para superar la adversidad.

   

  Más abajo, el lector puede encontrar los libros sobre Resiliencia más relevantes que hay en el mercado.

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  Relajación

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  Juegos terapéuticos

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  Arteterapia y...

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  Escritura terapéutica...