Las cartas Beauregard son como una canción sin texto en la cual la melodía expresa el significado.
Especialmente indicadas para estimular la imaginación.
Para talleres de creatividad, cohesión de grupos, entrenamiento mental.
Estos collages son cuadros a los cuales se han añadido materiales extraños, “porque el material es irrelevante. Ya que jamás se pretende un objetivo definido, sino la secuencia de la configuración en sí” (K. Schwitters). Nacen superficies de formas y colores que causan la impresión de gran profundidad. Por asociaciones espontáneas se llega a cuentos, historias, descripciones de paisajes y mucho más, incluso a pintura, baile u otras formas de expresión.
Las cartas Beauregard son como las cartas Ecco, una introducción al mundo del arte abstracto, en la cual se estimulan los sentimientos directamente a través del color y de la forma y no con la ayuda de figuras, una escena o una acción.