Inteligencia emocional

Las emociones son la base de las personas. Somos lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos. Según siento y pienso, así actúo. A veces, sentir y pensar van de la mano. Otras veces, el mundo emocional se complica y lo que siento es completamente opuesto a lo que pienso. A menudo, hay veces en las que siento de una manera y conscientemente sé que no debería sentir así. Es frecuente tener la sensación de que mis emociones son como el tornado que arrastró a Dorothy y a Toto al mundo de Oz: se mueven de manera independiente y arrasan con todo aquello que se encuentra en su camino.

Esta colección está enfocada como un Programa de Educación Emocional, en el que, a través de los diferentes cuadernos, se interviene y se educa de una manera concreta y divertida sobre las grandes familias emocionales y sus conexiones mutuas.

Como el resto de emociones, la tristeza tiene su función adaptativa. Por ejemplo, sirve para avisar a los demás de que necesitamos su apoyo o su sostén. Es una llamada –más o menos silenciosa– de auxilio. Vivimos en sociedad y con mucha frecuencia nos sentimos en la necesidad de pedir ayuda a aquellos que nos rodean. La toma de contacto con nuestro dolor y su expresión, la confianza y otros muchos conceptos relacionados con la tristeza –como las quejas, el resentimiento, la soledad…– tiene su espacio de trabajo en este material que nos ocupa. Reflexiona y encuentra tus respuestas en este cuaderno.