Estar en duelo supone atravesar por una situación de crisis física, anímica y espiritual como consecuencia del estrés emocional sufrido por la pérdida de un ser querido. En este libro nos referimos a las experiencias de duelo de padres que han perdido a un hijo o a una hija y a los cambios que esa pérdida ha significado en sus concepciones de la vida, las relaciones de pareja, familiares y sociales. Se pone en evidencia, en esos períodos de inestabilidad emocional, la importancia de sentirse acompañados para facilitar el logro de un nuevo equilibrio personal.
En sociedades como la nuestra, que reflejan en sus comportamientos un acentuado individualismo y una clara tendencia a evadir cuanto significa dolor y muerte, se destaca la importancia del voluntariado y de los llamados “grupos de duelo” en su labor terapéutica de acompañamiento. Por eso se podría decir que estos contribuyen de manera muy significada a la humanización del duelo.