Hace ya varios años que, junto a otros colegas de nuestro país y extranjeros, Francisco Palmero y Francisco Martínez Sánchez formaron un grupo de investigación que progresivamente ha ido consolidándose. Son numerosas las publicaciones que han realizado en el ámbito de la motivación y la emoción. Ahora, junto a otras muy relevantes aportaciones, plasman en el presente texto sus consideraciones respecto al campo de estudio referido.
En líneas generales, halbar de motivación es imporescindible si queremos averiguar por qué un individuo actúa, piensa o reacciona del modo en que lo hace y no de otro. Siempre existe un porqué en cualquier conducta; siempre existe una razón o motivo que explica las manifestaciones conductuales, sean estas de aproximación o de evitación; sean estas de búsqueda o de consumación. Igualmente, hablar de emoción, o de afecto, por utilizar una dimensión más elemental y básica, es algo necesario para entender cómo un individuo percibe, elabora y transforma los distintos estímulos o información en general que le permiten sobrevivir. Se puede decir que cualquier información, por aséptica que pueda parecer, es susceptible de aportar una determinada cualidad afectiva a un determinado individuo.
En suma, la motivación y la emoción son dos procesos básicos. Pero, además, son imprescindibles para la formación curricular de los licenciados en psicología; son muy convenientes y aconsejables para todos aquellos profesionales cuya actividad exija un conocimiento, aunque este sea mínimo, de la conducta; pueden ser extremadamente sugerentes para todas aquellas personas que, independientemente de su formación, quieran averiguar las razones que subyacen a las conductas que habitualmente realizan.