Este tipo de inteligencia va mucho más allá de lo que sería simplemente la capacidad de observar o de mirar. Se trata de la posibilidad de asimilar las imágenes, las ideas y los conceptos percibidos. Está vinculada a la atención y a la memorización.
La percepción supone, junto al hecho de notar o sentir el hecho o concepto percibido, la sensación interior de comprenderlo y de asimilarlo. Desde este punto de vista, percibir es conocer, entender y sentir. Se trata de interpretar los estímulos y de incorporarlos a nuestro mundo.
Forman parte de la inteligencia perceptiva conceptos tales como la atención, la motivación, la capacidad para discriminar conceptos y situaciones, elementos que abren la posibilidad para profundizar en el aprendizaje.