La evaluación es uno de los componentes más complejos y relevantes del proceso didáctico, de importantísima contribución al éxito de la enseñanza y el aprendizaje. No implica exclusivamente al estudiante como sujeto, sino también, y ante todo, al propio sistema escolar su conjunto a la pluralidad de agentes que intervienen en toda acción educativo.
En esta obra, el autor propone una conceptualización dela evaluación como reflexión sobre la enseñanza, y esta es su gran aportación.
Preparar al profesor para evaluar eficazmente implica desarrollar en él la capacidad d de reflexión. Esto se puede lograr, tanto a través de un enfoque renovado de las prácticas de enseñanza durante su formación inicial, como con la ayuda de un modelo, también nuevo, de supervisor (formador de formadores), o del seminario como instrumento de análisis de experiencias.
Se ofrecen aquí ejemplos de orientaciones para la estimulación de la capacidad de reflexión en torno a dimensiones relevantes de la enseñanza, como la integración de personas discapacitadas, educación ambiental, recursos didácticos y la interacción contextualizada en el aula. La presentación de secuencias didácticas grabadas en vídeo en los seminarios constituye otra forma más de entrenamiento a la reflexión.
Por último, se describe una experiencia basada en la utilización de datos sobre incidentes críticos y se presenta un modelo para la recogida y análisis de los mismos.