Los Mapas Mentales como aplicación práctica del pensamiento sistémico se presentan como una herramienta indispensable para el Gestor de proyectos. Siguiendo las directrices del project management, los mapas mentales pueden aumentar la eficacia y el rendimiento personal.
Sugerimos que debe realizarse un cambio inspirado en los fundamentos teóricos del pensamiento sistémico y en la fuerza explicativa que transmite el pensamiento irradiante. Asimismo, dicho cambio debería apoyarse en la experiencia gestora de la dirección de proyectos (project management) y en la capacidad operativa y motivadora de los mapas mentales para involucrar al conjunto de los actores del cambio.
Para la organización de datos e información se han utilizado, tradicionalmente, tanto en teoría de la decisión, como en la fase de análisis, proyectos conocidos como árboles de decisión. En la década de los 90 aparece una metodología de trabajo con la información generada por los mapas mentales de la mano de Tony Buzan (1996).
Se trata de una técnica que permite la organización y la representación de la información de forma fácil, espontánea, creativa, en el sentido de que la misma sea asimilada y recordada por el cerebro. Consiste en una metodología para generar y comparar ideas e información. Los mapas mentales pueden aumentar la creatividad y la energía, atrayendo e involucrando a aquellas personas que piensan de manera visual.