Sin duda, pensar es la tarea más importante a la que debemos enfrentarnos los humanos, y es algo que, además, tenemos que hacer todos los días. En este sentido, si pensar fuera una labor natural y fácil todos seríamos genios. Lo que ocurre, sin embargo, es que prestamos muy poca atención al pensamiento, sobre todo si tenemos en cuenta su importancia a la hora de resolver problemas, tomar decisiones, hacer planes y enfrentarnos a las cosas en general.
Necesitamos, pues, marcar unas etapas, establecer unos pasos que nos ayuden a mejorar en este terreno: saber adónde vamos y qué queremos obtener; dilucidar qué información tenemos y qué otra necesitamos; establecer alternativas e ideas nuevas; elegir entre las posibilidades y reducir las opciones a una sola línea de acción y seguir adelante y practicar con las herramientas del pensamiento. Del mismo modo en que los ordenadores no son nada sin el software, también el mecanismo de la memoria humana necesita un sistema de codificación para poder “pensar”. De Bono lo ha descrito a través de un modelo muy fácil de recordar y de utilizar: solo un maestro puede permitirse resumir tantos años de experiencia en un enunciado tan simple.