"Ha estallado la tormenta, la crisis trans se nos viene encima", me indicaba Jacques-Alain Miller hace poco, y no sin cierta ironia, el momento actual del debate sobre lo trans y lo transgénero en la clínica y en la política. Un discurso de Paul B. Preciado, famoso trans, dirigido a los psicoanalistas en la Ecole de la Cause freudienne fue la espoleta que volvió a poner sobre el tapete la posición del psicoanálisis de orientación lacaniana sobre el tema. ¿Heteropatriarcal? ¿Homófobo? Basta con leer como conviene algunas lineas de Freud y de Lacan para dejar estas diatribas fuera de juego. Pero el tema va mucho mas allá y toca el lugar de lo sexual, de lo masculino y de lo femenino en el ser humano que habla y goza sin llegar a poder inscribir una relación entre los sexos. ¿Binarismo? ¿Diferencia? ¿De qué pasaje se trata en lo trans desde Un sexo al Otro? Conviene partir de la indicación freudiana: no hay inscripción de la diferencia de los sexos en el inconsciente. Para seguir después con el aforismo lacaniano: no hay relación sexual que pueda escribirse. Y responder desde allí al debate suscitado hoy por el discurso trans.