El título de este libro “evoca una imagen que ilumina con una única luz los cuatro ensayos que lo componen. Es una imagen inquieta que parece surgir de una disonancia semántica, pues quien ha dejado las huellas y quien se encamina siguiéndolas son la misma persona. Es más: solo volver a transitar aquel camino hace que me descubra como persona”.
Arciero intenta explorar científicamente la experiencia personal. En el centro de su análisis se encuentra la mediación intersubjetiva, que permite conciliar perspectivas de indagación aparentemente contrastantes, armonizar la narración en primera persona y la observación externa, objetividad y subjetividad. A través de una investigación que desde la Grecia antigua conduce hasta Feyerabend, pasando por Galileo y Diderot, examina la naturaleza proteiforme de la conciencia y del carácter individual, sobre los cuales influyen –para retomar las palabras de un célebre fragmento de Heráclito– “carácter y destino”. Estas reflexiones son constantemente enriquecidas y sostenidas por las más recientes adquisiciones de las ciencias cognitivas y de las neurociencias, que por primera vez, gracias a la tecnología de las imágenes cerebrales, permiten ver, sentir y escuchar aquello que es el órgano mismo de la subjetividad consciente: el cerebro humano.