Alucinaciones

No vemos con los ojos, sino con el cerebro; de ahí que muchas veces veamos cosas que no están delante de nosotros, cosas que llamamos apariciones, fantasmas o visiones, conceptos, todos ellos, que obedecen al término genérico de "alucinaciones". Pero las alucinaciones no son solo visuales: también pueden ser olfativas o auditivas.

Asociadas en la mentalidad popular con la locura, las alucinaciones obedecen muchas veces a un simple problema neurológico con nombre y apellido, y tienen más que ver con la privación sensorial, la ebriedad, la enfermedad o algún tipo de lesión.

Gran parte de nuestra fantasía popular y nuestro folclore se basa en las alucinaciones, sin las cuales no podemos comprender figuras como los ángeles, las brujas y los alienígenas, ni tampoco algunas obras de autores tan conocidos como Dostoievski, Evelyn Waugh, August Strindberg o Amy Tan, víctimas todos ellos de alucinaciones en algún momento de su vida. Pero las alucinaciones no son fenómenos negativos sino positivos, y constituyen, de hecho, una de las mejores ventajas que poseemos para asomarnos a la complejidad de los circuitos cerebrales y a la forma en que estos nos muestran la realdiad o, a veces, crean la suya propia.

Oliver Sacks vuelve a hacer gala de su singular talento como narrador, su sentido del humor y su inmensa cultura para plantear cuestiones que ponen en entredicho nuestra percepción del mundo y, muchas veces, nuestra propia identidad.

Un vistazo al índice:

• Multitudes silenciosas: el síndrome de Charles Bonnet.

• El cine del preso: privación sensorial.

• Unos pocos nanogramos de vino: olores alucinatorios.

• Oír cosas.

• Las ilusiones del parkinsonismo.

• Estados alterados.

• Estructuras: migrañas visuales.

• La enfermedad "sagrada".

• Bisecado: alucinaciones en la mitad del campo visual.

• Delirios.

• En el umbral del sueño.

• Narcolepsia y arpías nocturnas.

• La mente obsesionada.

• "Doppelgängers": alucinaciones de uno mismo.

• Fantasmas, sombras y espectros sensoriales.