El niño que quería construir su mundo

“Me pongo de pie, le cojo la mano y empiezo a andar, reflexionando sobre eso, esa pequeña ventana de intimidad. Pero cuando nos paramos antes de cruzar la carretera, él me suelta la mano y me da una palmadita en la espalda.

—Mi papi… –dice.

Y el momento es tan perfecto que me siento como si estuviera a punto de caer una lluvia de estrellas sobre nuestras cabezas”.

Alex es un padre de treinta y tantos años. Quiere a su esposa, Jody, pero ha olvidado cómo demostrárselo. Quiere a su hijo, Sam, pero no lo entiende. Su matrimonio va a la deriva.

Jody es una mujer cansada de educar sola a su hijo. Recrimina a lex que solo viva para su trabajo. La ruptura no tiene vuelta atrás.

Sam tiene ocho años. Es maravilloso, sorprendente... pero para él el mundo es un rompecabezas que tiene que aprender a montar solo. Sus problemas de comportamiento han provocado muchas tensiones entre sus padres, que llegan a separarse.

La vida de Alex carece de sentido. Busca desesperadamente la manera de reconstruirla y de relacionarse con Sam, cuando descubre la pasión de su hijo por el videojuego Minecraft. El juego les va a permitir encontrar a ambos un lugar en el que comunicarse y entenderse, redescubrirse cada uno; un lugar en el que establecer una relación más profunda entre los dos y cda uno consigo mismo.