La esencia de la vida es la imaginación, por eso ha sido objeto de reflexión en todas las épocas y culturas, enrentada o emparejada con lo material. La revolución científica intentó reducir el mundo a lo tangible y abstracto, pero, como este libro muestra, sin imaginación no sería posible concebir el mundo o la ciencia misma. La vida imagina, es lo que mejor sabe hacer, y gracias a ella tenemos eso que llamamos historia. En cuanto al futuro, el destino del mundo dependerá de cómo seamos capaces de imaginarlo.