Tomar decisiones difíciles es fácil si sabes cómo

Para comprar un coche una persona invierte de media 20 horas en mirar y comparar. Pero las decisiones realmente importantes en la vida las posponemos hasta mañana, pasado mañana y, finalmente, hasta que las ranas críen pelo. Seguimos durante años dale que te pego en un trabajo que odiamos, evitamos intencionadamente los conflictos y somos capaces de mantener una relación de pareja que hace mucho que está muerta sin remedio.

Las personas que evitan tomar decisiones pierden el control sobre sus vidas. Se dejan llevar por las circunstancias o por otras personas. En el mejor de los casos, terminan en el lugar equivocado; en el peor, en un desastre, tanto en lo profesional como en lo personal.

Tomar decisiones difíciles es fácil si sabes cómo nos enseña cómo mantener el control en los momentos importantes de la vida. Solo aquellos que aceptan la responsabilidad de sus propias vidas –como Sully Sullenberger, que tardó 208 segundos en aterrizar su Airbus A320 en el río Hudson después del fallo de los motores, en lugar de estrellarse sobre Manhattan– pueden determinar con éxito su propio destino.

Índice:

Prólogo: 208 segundos.

Primera Parte: ¿Por qué no hemos tomado aún una decisión?

1. La fuerza de gravedad: nadie dijo que fuera fácil.

2. Cinturón de seguridad: lo que nos sujeta.

3. La presión de los neumáticos: cuando las cosas se complican.

4. Vuelo sin motor: no hay peros que valgan.

Segunda Parte: Aterrizaje difícil.

1. Remaches: por qué lo que parece sin importancia es muy importante.

2. Copiloto: quien realmente decide.

3. Tumbas: donde habita la vida.

4. Fuerza: lo que nos ayuda a avanzar.

5. Día de cobro: lo que no puedes darte a ti mismo.

6. Sinceramente: ¿y si saliera bien?

7. Río Hudson: periodo de incertidumbre.

Epílogo: Con los pies en la Tierra.