El título dice mucho porque lo plural es una marca de este libro. Se sigue aquí la tradición de delimitar la práctica analítica y ampliar la disciplina (trabajo iniciado por Freud y continuado por Lacan, Klein, Winnicott). Es desprejuiciado desde lo teórico y múltiple en cuanto a las prácticas que contiene.
Presenta relatos que señalan esos momentos misteriosos en que se da un cambio de registro: en una escena monocorde, algo se enciende; un acontecimiento. Dejarse tomar por un acontecimiento no es tarea sencilla. Contiene dos dimensiones solo separables artificialmente: la producción teórica psicoanalítica, y -principalmente- los testimonios de prácticas. Compartir la cantidad de experiencias escuchadas y recolectadas en la historia de la práctica de los autores reafirma la intuición -y puede impulsar la teorización- de que los efectos transferenciales y simbolizantes no hacen caso de constricciones geográficas, y pueden ser encontrados en el consultorio, en la escuela, en la calle y en la vida.