El trabajo que nos proponen los autores de este libro es un ejemplo excelente de la manera como la teoría puede ser explotada en el momento preciso en que el niño va a ser confrontado con la tarea de aprender a leer. El libro se inicia con una revisión de los datos que muestran que para aprender a leer es preciso comprender el código alfabético. Esto implica tomar consciencia de la estructuración del habla en secuencias de unidades fonológicas de dimensiones diversas: sílabas, fonemas y, entre ellas, las unidades sub-silábicas "rima", "onset". Posteriormente, los autores proporcionan una justificación empírica muy bien documentada del carácter causal de la relación entre actividad metafonológica y adquisición de la lectura. Este análisis se culmina al proponer una batería destinada a la evaluación de las habilidades metafonológicas, que constituye el elemento central del trabajo.