1939
"¿Cómo es posible que un solo hombre despliegue tan extraordinaria eficacia, que de unos individuos y familias independientes entre sí forme un pueblo, le imprima su carácter definitivo y determine su destino por milenios?". Sigmund Freud.
El testamento de Freud -y la clave de la lectura de toda su obra- reside en Moisés y la religión monoteísta. Ningún otro de sus libros llevó tan lejos la especulación psiconalítica para revelar los secretos de la alteridad y la paternidad. Ninguno se enfrentó con tanto rigor a la necesaria y compleja articulación entre lo psíquico y lo cultural. Con esta obra, las hipótesis teóricas del asesinato del padre y del banquete totémico de Tótem y tabú se transforman: Moisés el hombre se convierte en la figura de un padre que escapa a los lazos del sexo y la sangre por su origen egipcio. La interpretación que Freud efectúa aquí permite comprender las revisiones de su metapsicología, sobre todo la renuncia de lo pulsional y el progreso en la espiritualidad. Si el caníbal asesino e incestuoso que cada uno alberga en sí tiene la posibilidad de escapar a su destino trágico, ello dependerá de su capacidad de escuchar las palabras sin ilusión de Freud, y sus consecuencias para una definición de lo humano.