Hoy en día muchas escuelas tienen que afrontar un bajo rendimiento, faltas de respeto entre estudiantes y docentes, y problemas de seguridad, entre otras preocupaciones. El alumnado y las familias no están satisfechos, el personal docente y los equipos directivos lo viven con frustración, y todo el mundo está deseando que llegue el fin de semana.
Hace falta un nuevo enfoque de la educación, uno al servicio de la vida de todas las personas involucradas en la comunidad educativa. Marshall Rosenberg plasma su visión de ese enfoque en Una educación que enriquece la vida. Una perspectiva de la educación basada en relaciones de respeto mutuo entre estudiantes, docentes, equipo directivo y familias. Se trata de que las personas conecten entre sí de una forma nueva y poderosa para crear escuelas extraordinarias que cubran las necesidades de todas las partes.