La exploración que hace Hannah S. Decker de Dora es una empresa noble, especialmente a la luz de la literatura que se ha desarrollado en torno a este caso, uno de los más tristes de Freud. Al poner a Dora en su ambiente, su familia, su ciudad, su religión y su país, ha logrado recrear esta persona compleja y emplazar nuestro conocimiento de la relación de Freud con esa paciente sobre una nueva base.
Hace que el lector comprenda el papel fundamental que tuvo este caso para el desarrollo del psicoanálisis..., y crea un retrato fascinante de una mujer, su familia y su analista.
La lectura de este libro produce fascinación y placer. Su erudición es impresionante. Está escrito con un estilo seguro, siempre con tacto, pero con autoridad. Sus interpretaciones muestran su capacidad de comprensión profunda, tanto de la vida política y sociocultural de Viena –y de Dora en este contexto–, como de Freud.