Un matemático no ha comprendido perfectamente sus propios trabajos mientras no los haya clarificado hasta poder ir a la calle y explicarlos a la primera persona que pase.
Esta frase de Joseph-Louis Langrange se puede aplicar a un campo mucho más vasto que las matemáticas. Aunque la autora no sea una matemática, son las matemáticas el hilo conductor de este pequeño libro que tiene como objetivo la explicación de algunas nociones de matemáticas que interesan a los psicoanalistas.
Tanto las matemáticas como el psicoanálsis tratan con una combinatoria de letras rigurosamente establecida. El matemático llena con ellas la pizarra. El analista descifra otra pizarra, la del inconsciente, en que las letras se manifiestan por medio de equívocos y lapsus del lenguaje. Este desciframiento que es la interpretación libera así las "letras postergadas" que insisten para se reconocidas en forma de síntomas varios.