Este libro aproxima al analista una cuestión insoslayable en su práctica. La posición de analista obliga, por un lado, a la confrontación con la producción de lo inconsciente, efecto de su acto, y, por el otro, a ser el residuo permanente del mismo. Además, tenemos el control. Uno más es convocado para poner(se) en consideración el estatuto de la práctica del analista. A menudo, esta consulta arroja efectos sorprendentes para los (al menos) tres en juego; con frecuencia, los obstáculos insisten bajo otras interpelaciones, no menos sorprendentes. Los trabajos aquí reunidos son el resultado de una pregunta compartida desde nuestra posición en el campo del Psicoanálisis: ¿cuáles son los límites, alcances y efectos de la práctica del control?