El libro que el lector tiene en sus manos propugna a la mejor usanza derridiana, la acabada de-construcción del controvertible edificio lógico en el que se anida la práctica psicoanalítica quizás más habitual. De-construcción de la operación apofántica originaria —"S es P" = "esto es por esto"— que desnaturaliza al psicoanálisis en aras de la búsqueda de un "Saber" motivacionalista que desembraga al Je chantajeándolo tras los mascarones de proa del Moi. De-construcción de un Saber que engalana con pompas de jabón a la Verdad, forcluyendo el estado de yecto del sujeto. De-construcción de un Saber que, obturando el estado de abierto, obstruye la asunción de la futilidad ante la cual emerge la pregunta —desde Leibniz— fundamental: ¿por qué es en general el ente y no más bien la nada?, que Szpilka reencontrará escribiendo: ¿por qué más que nada y menos que algo? De-construcción de un Saber, en fin, que propone la ausencia de lo que falta en pro de una transparencia ática del signo. Vanas pretensiones las así de-construidas, pues si el mandato legal es "sé dicente"—el infans lo oye—, ello (Es) es inseparable de sedicente.