Raro es encontrar publicado el material de sesiones de un psicoanálisis de niño. En este caso, el paciente, un chiquillo psicótico, prestó gustoso su acuerdo a que pudiera leerse todo lo que decía a su terapeuta: texto trágico y de notable belleza.
La transcripción de las sesiones permite comprender mejor la génesis de los trastornos psicóticos de un niño, mostrando a la vez qué tipo de fantasías lo envuelven y lo aprisionan, y también imaginar igualmente lo que puede sentir un bebé en los brazos de su madre, los lazos íntimos qué se tejen y que regirán sus relaciones por un lado y, por el otro, la propia personalidad del pequeño. De este modo, su diálogo, sus reacciones, sus trastornos, expresados o no, traducen los intentos de elaboración de un yo frágil, los esfuerzos desmesurados por entrar en contacto con un mundo angustiante e incomprensible: el de los adultos.
Este libro es una importante contribución al conocimiento de la riqueza psíquica de las psicosis infantiles.